…Bienvenida Menarquía…

Recuerdo con claridad el día que me vino la menstruación por primera vez. Sentí que había atravesado un umbral que lejos de sumarme, me recortaba, me limitaba. A partir de entonces cada mes se repetiría… me pareció una sentencia, pues me hacia sentir vulnerable, frágil e irascible. Me llevó muchos años cambiar la mirada y vivir la menstruación y la ciclicidad como un regalo, un tesoro que me había otorgado la vida por el simple hecho de nacer mujer.

Mi deseo es que nuestras jóvenes adolescentes vivan la llegada de su primer sangrado de forma distinta. Que en lugar de recibir la Menarquía y la menstruación como algo sucio, algo que las mengua, algo de lo que avergonzarse o que deban disimular, la reciban con ilusión y alegría, pues la menstruación además de ser un indicador de salud y fertilidad, nos convierte en creadoras de vida y nos aporta la sabiduría de la vida.

Mi deseo:

Que las jóvenes doncellas

vivan el ser mujer, la menarquía, la menstruación, la ciclicidad

como dones preciosos

que nos convierten en creadoras de vida,

reflejo de la luna y la madre tierra.

Para que se de este cambio hemos ser nosotras, las adultas, las que les transmitamos una información positiva sobre la menarquía, la menstruación y la ciclicidad. Una nueva mirada que incluya tanto la alegría de ser mujer, ser cíclica y menstruar cada luna como los conocimientos y la sabiduría que repetir este ciclo nos aporta.

Tal vez con lo que aquí te cuento, tu y tu hija, podáis trasformar la inquietud y la preocupación en cuanto a la espera de la Menarquía, en un bello camino, en el que juntas contempléis los distintos cambios que aparecen en su cuerpo que os muestren cuan cerca estáis del primer sangrado. Y que así se empiece la vida cíclica con una mirada saludable y empoderadora.

La llegada del primer sangrado, la menarquía, tomar su tiempo en aparecer. Igual que toma su tiempo pasar del invierno a la primavera, el cuerpo de la adolescente se irá desarrollando hasta llegar al grado de madurez suficiente para ovular por primera vez y finalmente sangrar.

Me gusta contar que así como en los Cuentos de Hadas deben cumplirse 3 requisitos para que se dé algún acontecimiento, hay 3 condiciones que os indicaran el grado de maduración de su cuerpo, y se han de dar para empezar a menstruar:

  • ¡UNA!. El primero en aparecer, suele ser el botón mamario en el pecho plano. Es la indicación de que empieza la adolescencia y que aún faltan 1 o 2 años, para la llegada de la menarquía.
  • ¡DOS!. Con frecuencia, el segundo en aparecer es el pelo grueso en el pubis. Primero aparece largo y fino, y después más grueso y rizado. Poco a poco irá tapizando los labios externos, las ingles y llegará hasta el ano.
  • Y ¡TRES!. El flujo vaginal, que aparece unos 6 meses antes de la menarquía, a veces hasta 1 o 2 años antes. Lo encontraran en su vulva, en las braguitas o en el papel de WC al limpiarse. Si tu hija ya tiene flujo vaginal es una buena idea que prepararéis un pequeño kit para su mochila en el que lleve: una pequeña compresa, unas braguitas y unas mallas para cambiarse si su primer sangrado se presenta cuando está fuera de casa.

Acompañadas por el mapa que nos otorga la magia del UN! DOS y TRES! podéis recorrer ese sendero sin prisa, deleitándoos de como su cuerpo va transformándose día a día hacia la Menarquía. Y tal vez os apetezca comentar o incluso celebrar, cada paso que la acerca a ese momento.

Ya que todas somos distintas, y también son distintos nuestros ritmos y nuestros cuerpos, tal vez el orden en que se presenten no sea el mismo. Aún así sabréis que cuando se dan estas tres condiciones será una señal inequívoca de que ya estáis muy cerca.

Adviértela que el día de su primer sangrado y tal vez unos días antes no se sienta muy bien, o quizá esté más sensible de lo normal.

Cuéntale también que el primer sangrado manchará sus braguitas o su pijama, y que tal vez sea una mancha marrón o tal vez tenga color de sangre. Que no debe alarmarse, ni disgustarse por ello, sino alegrarse, pues es natural y esa «mancha» será motivo de celebración. Y que celebraréis su primera menstruación cuando y como ella decida.

La llegada de la sangre es la evidencia de que se ha convertido en una joven creadora de vida, fértil y cíclica, como nuestra amada madre tierra. Que a partir de ahora sentirá las estaciones en su propio cuerpo y con cada ciclo de luna menstruará, hasta que cuando sea mayor, lo desee y se den las condiciones, retenga su sangre para gestar un hij@.

Si te apetece compartir la espera y quieres contarle más y no sabes cómo, puedes venir con tu hija a uno de los círculos: LA MÁGIA DE SER DONCELLA: Recibiendo la Menarquía con ilusión y sabiduría. En ellos trato de transmitir con alegría e ilusión, el regalo de ser mujer y menstruar cada luna. Cuento cómo son los órganos pélvicos y sus roles principales, que es el ciclo menstrual, sus fases, que ocurre en ellas y como su ritmo impregna todos los aspectos de nuestra vida. Cuento también sobre nuestro vínculo con la naturaleza y los arquetipos que se manifiestan en cada una de las fases. Todo con el amor y la delicadeza que nuestro cuerpo se merece.

A veces he creado este círculo para grupos de madres e hijas con las amigas, o primas, de tu hija, de manera que las jóvenes se sienten acompañadas por niñas y mujeres conocidas. Si así lo deseas, ponte en contacto conmigo y lo organizamos.

Estos encuentros desvelan tabúes y sacuden vergüenzas, creando un puente de comunicación entre madre e hija para hablar de aspectos íntimos como la menstruación y la sexualidad.

Con el deseo de que las mujeres vivamos nuestra menstruación como el don precioso que es:  PROMESA DE VIDA y FUENTE DE SABIDURÍA. Y que dejemos atrás el sentir nuestro ciclo como algo pesado, sucio, molesto, algo que esconder y de lo que nos hemos de avergonzar.

Al fin y al cabo, sino menstruáramos se acabaría la vida.

Me despido esperando haberte aportado algo. Gracias por leerme.

Luz y alegría,

Esther

Un comentario en “…Bienvenida Menarquía…

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